Suelen ser asi, agrios al principio, con el uno a cero celebrado frente a las tribunas rivales, y uno, tiene que calmarse incluso mas. Lo peor es caer en la desesperacion de la adversidad, en las ansias nubladoras, en el vacio de ideas, en el griterio de monologos por dentro y por fuera, en el estado de odio al mundo, cuando uno grita por querer gritarse a si mismo. Un equipo asi de descontrolado se lleva goleadas, expulsados, golpes, y lo peor de todo, debilita al grupo.
Hoy empezamos perdiendo pero ganando. Es decir, el marcador decia uno a cero ellos, pero la calma con que tomamos el reves nos hizo mejores, nos demostramos controlar el mal rato. Enseguida un tiro libre premio esto con gol al final de la parabola. Que a decir verdad nunca trazo una imitacion invisible de arco iris ya que se clavo cuando iba en su curva ascendente, horizantelmente tambien lo hacia, giraba, el chanfle era doble. En el medio tiempo el equipo fue recibido con un aliento, apesar de el mal momento la actitud era la correcta. Para la segunda etapa nos pudimos ver unos a otros con alegria, disfrutando de ver el futbol producido, y produciendolo. Asi participamos y vimos, participando asi, tambien. Un equipo que mira como juegan sus compañeros con gusto es un equipo que juega bien.
El segundo gol llego por las bandas, de derecha a izquierda las diagonales de los carrileros acarriaban balon, gente, y peligro. Este ultimo se transformo en grito prolongado de once porque daba el dos a uno. Volviamos a sentir que eramos mejores, hasta el marcador ahora lo firmaba. Despues de un tiempo de buen toque llego el tercero. Fue de penal, y zapataso esquinado.
Un muchacho que sobrivivió al virus de el anta volvía a las canchas despues de cinco meses, sus compañeros lo recibieron juntando sus palmas y vitoreando su reencuentro dentro del rectangulo. AL final quedamos felices con el triunfo y el regreso de un jugador bucólicamente amateur, un monumento a las ganas de jugar por jugar.
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