jueves, 22 de septiembre de 2011

Era Post-Dusan
















Ya pasó el tiempo. Los gloriosos guerreros que el general Dusan pulió para liberar a nuestra tierra futbolera, de casi un siglo de derrotas, están en decadencia. Así es el fútbol. 

En una ceremonia que sin querer quizás fue el símbolo del final de esta primera e irremplazable gloria, hace un par de semanas, Ecuador jugó su ultimo partido de preparación para la eliminatoria y despidió a uno  de sus mas grandes ídolos.  Fue un amistoso en que goleamos a Costa Rica ante pocos espectadores y muchos críticos. Mas que el resultado se vio un Atahualpa en terapia intensiva, con menos vida que el cemento que mostraban sus gradas vacías. Kaviedes y el Tin entraron a jugar solo como una alegoria al fútbol, no como su mejor momento.  Ivan Hurtado ya ni estaba, Aguinaga menos.

Nuestro fútbol no está mal, pero la nostalgia es inevitable. Darle el nombre de proceso al método fue un acierto, alargar las ideas hasta que sean posibles rompe lo común, permite esperar a los progresos.  Así los resultados llegaron tras años de un mismo proyecto. El pero es que se jubilan sus ídolos y es cuestionable el acaparamiento de decisiones, aunque esto sea producto del suceso. Hasta es delito: monopolio, oligopolio, nepotismo, trinca, rosca, dominio, estafa. A nadie le gusta ver a los mismos de siempre, aunque les gusta el morbo de amar la sospecha. El futbol es un constante reality porque es lo que ve la gente, lo que quiere. Es sentimiento hecho grupo de pertenencia. De eso se debe hablar, defender, objetar, pero también de algunos aspectos mas allá de las directivas de turno. Se debe hablar que es el fin de una era de oro, el nacimiento de su etapa post, de un nuevo camino al juego bonito. Camino incierto que será reconocido solo si termina en clasificación.   Al mundial de Brasil en el 2014 deberíamos ir todos los sudamericanos, pero solo cuatro de nueve tendrán cupo directo, el quinto se jugará la vida con un centroamericano, y cuatro desdichados verán el Mundial en su barrio, sin poder jugar.  

En octubre La selección iniciará ese camino en un escenario hostil con la hinchada, la historia, el recambio. El Estadio Atahualpa, rodeado de edificios envés de árboles, de autos ruidosos, comercios peligrosos, desvalijado de hinchas, devolverá tiempos pasado