martes, 19 de enero de 2016

Deportivo Tapita



Al parecer tendremos este año un nuevo torneo nacional con estrellas y mulas de carga, con deportivos tapitas tuneados y gladiadores en decadencia.  La prensa carroñera ya salivó en lo malo, lo mediocre, lo poco europeo de nuestro fútbol. Más sin embargo, como diría elegantemente el Elegante, la Tri es puntera, la Liga está acicalada, el Barcelona más pueblo que nunca, y el Club Millonario más billeteado que guayaco en Buenos aires. Esto hace querer ver nuestro campeonato, comer la comidita de casa con gusto.

Los hinchas se parecen a sus equipos, y como diría el coach del curso de mejoramiento organizacional, en cada grupo hay estrellas, mulas de cargas, pesos muertos, y niños problemas.
Los niños problema del torneo se fueron a la casa de la Berta, por administrar mal la cooperativa, la panaderia, la academia de belleza. Resultaron malos para manejar el éxito, sufrir es su destino al parecer, por eso lo de dos corazones, aunque tienen potencial.

Los pesos muertos son esos equipos que disfrutan de existir en la intrascendencia, esos que no tienen potencial y más que nada están ahi ocupando un espacio hasta que el tiempo los haga jubilarse o encuentren un lugar diferente más adecuado para ellos, la casa de la Berta, la segunda división, otra ciudad, otra dirigencia. Este año el soldado vuelve a enrolarse en busca de glorias pasadas, en una realidad de lo público y el nacionalismo diferente, su desafío es convivir con su gloria y estructuración de jerarquías marciales sententera y ochentera en el nuevo mundo digital.

Las mulas de carga trabajan dia y noche, llegan a varias finales sin ganarlas, dia y noche, hasta ser tricampeones, remodelar su estadio, vestirse de alemanes, entrenar como argentinos, volverse millonarios de buen toque. Este año como no querer ver ese ballet moderno, base y molde de la selección puntera en las eliminatorias suramericanas.

Añoro con anticipación las veces que escucharé por radio un partido mediocre desde Machala o Manta mirando perdiendo tiempo un sábado, o cuando vea las declaraciones del doctor Chango en internet,  o escuche las burlas del loco Baldeón al Nacho.

¿Y las estrellas? Las estrellas son cuatro, o quince, o una, depende quien las mire, pero en esta mi tierra linda el cielo es estrellado en casi todas partes, en el astillero o en Pomasqui.  El guatón parrillero sabe de fútbol, carne, verso y poesía, de vino y rabonas, jugó en argentina y en el Milán: Los hinchas querrán probar su sazón.

El ídolo del pueblo tiene a un hombre de pueblo por primera vez como presidente, un ex futbolista, uno de los que cambió el fútbol ecuatoriano en la cancha, lejos de los problemas millonarios de oficina. Las manos del Ecuador ahora es el futuro del fútbol, ese donde el paso adelante de calidad dirigencial y periodístico aún es deuda.