lunes, 18 de octubre de 2010

Milan vs Real Madrid: cambio de épocas

Mañana todos los niños que quieren llegar a lo mas alto en el futbol deberian apuntar como deber mirar este partido. Estan todos, Ronaldinho, Robinho, Mourinho y hasta Ronaldo. Llama la atención el momento histórico de los dos equipos mas populares y mas ganadores que España e Italia parió, que al parecer dejan una edad y entran en otra, como ese quinceañero que a ratos es poseido por el gallo claudio.

Si hay una virtud que resaltar en el nuevo DT del Real Madrid es que poco le importa ser una monedita de oro. Así de simple y poderosa es su postura ante las artes mediaticas de la politica, diplomacia, cortesia, y reverencia al mercado. Nada de eso parece importarle al nuevo lider del camerino que ostenta todos estos atributos propios de burgues hijo de militar convertido en empresario. Mourinho sin embargo ha sabido ser en su carrera esa excepcion que por rendimiento se convierte en exito. Su postura casi arrogante acerca del manual de carranza me hace pensar en el personaje de Tinta Roja de Fuguet, ese jefe de cronica roja que a sus dirigidos conseguía liderarlos ejecutando todo un acto de intereses creados. Su verso de conocimientos en el asunto adormecía cualquier intento de opinión, su pulverización tajante de argumentos evitaba mas de un curso de acción. El Portugués es un personaje de historia de generación beat, protestando ante la venta de la imagén quizas ganando adeptos por eso. Esta imagen de pocas palabras ante la prensa y declaraciones de arrogancia ante sus rivales desafia toda logica de liderazgo positivo y valores morales. Mourinho maneja camerinos de egos multimillonarios con la mas rudimentaria pedagogía: aqui mando yo.

Mañana el mundo verá un partido de ensueño, con un nuevo Milan y un nuevo Madrid, equipos emblemas del romanticismo del futbol mundial que están cambiando tanto como las lluvias y las sequías. El Madrid tendrá en el banco un antipoeta, un resultadista, la antitesis de Del Bosque, Raul, o Butragueño. El Milán sin sus leyendas vivas en la cancha anunciando el fin de decadás de veteranos de guerra en su mayoria locales, un equipo con un promedio de edad sorprendente para la tradición rossoneri, plagado de figuras extranjeras. Un clásico sin duda para mirar con lupa y telescopio, el cambio de época teatralizado a patadas y muecas.