viernes, 8 de diciembre de 2017

El loco de los huevos de oro

Fábula, una de las canciones favoritas de mi periodista favorito se me vino a la mente de repente. Sigo con una pica de esas futboleras, creo que he caído en la trampa de perder. Pero no me siento perdido, ni extraviado, si un poco confundido y decepcionado de como los humanos nos enamoramos de las piedras con que tropezamos. Mejor me explico.

El éxito lleva a la vanidad, esta a la disputa de egos, lo dice el loco mayor del fútbol, Marcelo Bielsa, ese niño burbuja que gracias al fútbol supo sacarle provecho al jabón, y como todo genio se fue en contra del rebaño para hacer algo distinto, llevar rigor académico y huevos de barrio al fútbol moderno. Algunos de sus influenciados incluyen un tal Guardiola o un disque Sampaoli. Figuras que manejan figuras, como ese niño que juega con sus soldaditos y los acomoda en el piso de forma tan simétrica y bella que ninguna batalla imaginaria puede perder, que fácil dicen los periodistas, dame a Messi o una chequera gorda y yo también te saco campeón, que difícil parece que entiendan que lo fácil es sentarse a decirlo en un cuarto de cuatro metros cuadrados con aire acondicionado, televisión pantalla plana, vista a la ciudad, llamadas aduladoras y odiadoras, de las que se sirven para inflar más  su ego.

Dicen que es fácil ser futbolista, y que el futbolista ecuatoriano es mediocre, se refugian en esa realidad que crean en sus pequeñas cabezas de todos los desaires que recibieron en su época de reporteros por parte de algunos jugadores seguramente.  No estiman el trayecto largo  y duro de un niño de una zona rural de Esmeraldas o Imbabura para el cual ser futbolista era su única opción de asenso social y económico, no le perdonan que ahora tengan más fama, mejores autos, mejores oportunidades, están al acecho de cualquier tropiezo para hacerlos leña, se nota en su tono de voz como este tipo de periodistas disfruta el mal momento de nuestros jugadores. Ni se dan cuenta que caen en regionalismo, clasismo, racismo y discriminación.

En un inicio el discurso irónico de ¨lo extranjero siempre será lo mejor¨ caló hondo en el populacho, harto de escuchar toda la vida que acá somos malos, mediocres, y que allá son mejores. Pero al rebelde siempre le arruinan la revolución los guardianes del estatus quo, los que se sirven de las élites y son servidumbre de ellos. Hoy por hoy lo censuran y llenan de publicidad al Loquito en las mañanas y en las tardes acallan su mensaje dos amargados periodistas herederos de Mauro Velazquez, el que siempre tenia la cara de que le apesta nuestro fútbol, nuestro medio, perpetuando así nuestros complejos y aportando a la crianza de una generación de acomplejados como yo. El programa de la tarde es cada día más aburrido, hasta se nota que el Loco se quiere ir rápido y ya no les aguanta.

En la tarde los sabios ególatras son implacables con los jugadores, les exigen autocrítica, profesionalismo, excelencia en el rendimiento, y rara vez señalan los aspectos positivos de nuestro querido fútbol, incluso ven en menos y les gusta atacar al periodista que es feliz y positivo y les da en la boca con números, no opiniones, al que no quieren porque es medio aniñado y bohemio, y ellos mueren por serlo.   No se dan cuenta parece del gran mérito de los futbolistas ecuatorianos, no se preguntan si en otras áreas el país a trascendido fronteras tanto como en el fútbol, o acaso tenemos periodistas nuestros liderando los mejores equipos periodísticos deportivos en otros países? hemos ganado premios continentales, o reconocimiento mundial en periodismo deportivo?  Pero es tan fácil hablar sentado y tragando rico.

Toca cambiar de dial lamentablemente porque se han convertido en lo mismo que todos,  pero como están arriba les vale, llaman los oyentes a hacer una crítica y con soberbia les dicen ¨cambie de radio si no le gusta,¨  y en twitter son los dueños de la ética y la moral.  No saben discernir entre insulto y crítica, como creen que son el centro del universo se toman muy personal todo. A veces se refieren al país como ¨Zaire¨ para así elevarse más en su pedestal sagrado, seguro sabiendo que es el momento de ver en menos, de desquitarse todas las veces que no les hicieron jugar en el recreo o no les escogieron en el equipo de la escuela. Pobres, entiendo su dolor.

Fábula, así como la gallinita de los huevos de oro, la economista debería estar atenta con el Loquito de los huevos de oro, que por los huevos de decir soy ecuatoriano y no soy menos que nadie la gente lo sigue, incluso nosotros los niños burbuja que teniendo todo llevamos el peso de ser ecuatorianos, medios longos, fieros, eso que la cultura y los medios masivos nos enseñaron desde chiquitos.

Las nuevas generaciones están en otra afortunadamente, ya ni escuchan radio, por más que quieran negarlo en los últimos diez años fuimos a mundiales, ganamos la libertadores, mandamos jugadores a los mejores clubes del mundo, y hoy en día está vigente el mejor jugador de nuestra historia como capitán de uno de los clubes más importantes del mundo, pero casi nunca lo ponderan.

Y aunque esto no lo quieran ver, porque es más fácil y lamentablemente más vendible ser negativo y perpetuar el discurso lastimero y acomplejado de Mauro Velazquez, estamos cayendo en lo que cayó Perú luego de su generación dorada de los setentas, periodismo seudo académico sabelotodo o de tabloide, que vende mucho pero hace daño a la larga.

Cuidado economista!!, cuidado Loquito Baldi, no vaya a ser que por obesos y tuertos te aplasten y maten a la gallinita de los huevos de oro.