viernes, 29 de mayo de 2009

bicicleta nueva

Si alguna vez lei al gran Javier Marias decir que ir al futbol es la recuperacion semanal de la infancia, tambien la bicicleta lo es mucho, y es mas, es la reinvindicacion de la tecnologia con la naturaleza, es una de esas habilidades que uno aprende y nunca olvida, es como si estuviera en nuestro adn, como que quien nos hizo supuso como normal que algun dia esta comunion con la maquina sea tan ideal, como que al darnos rodillas estaba pensado que suban y bajen impulsando ruedas, como que convirtiendo a los muslos en pistones se penso posible mantener afinado el motor que bombea buena vida.

Hace rato habia sentido esa emocion de pedalear en medio de un hormiguero de autos, en mi ciudad, la de la cuesta del suspiro, la de la rompecorazones, en donde cuando el trole no esta le robamos su carril, en donde tenemos una montaña con senderos a minutos de la casa, en donde hay que esquivar tantas motos repartidoras de comida china como perros callejeros. Con el peligro y la diversion que esto entrega, y hoy, hace muy pocos latido fuertes, mis sentidos volvieron a llenarse de esa sustancia adictiva vertiginosa que nos convierte en ese heroe adrenalinico con ruedas sobre el cemento al fijarse en la viejita con las compras, o el daewoo que curva, al sentir estilar su espalda baja y el viento que genera en los pomulos, incluso salvar el planeta, aunque sea una taza de gasolina a la vez. Pasando a velocidad sobrehumana el ciclista agarra confianza en si mismo y en la civilizacion, en la industrializacion, en la sobrepoblacion, en shimano, gira el piñon, se siente redundantemente mejor.

Fui a comprarla al centro, a los grandes distribuidores, en busca de un trato mayorista, y me tope con un concierto, esto era en la calle san diego, junto al teatro caupolican, y a pie pasaba entre los asistentes a un concierto en fila, mis suelas se despedian del asfalto, habian los vendedores de palitosbrillantes (glowsticks), y de reojo miraba las vitrinas con ofertas. Mi destino era una tienda famosa donde mi abuela me compro mi primera bicicleta, pero la verdad fue mi segunda, en un almacen que era el unico del sector en esa epoca, de un tal juanito. Señora, donde queda un almacen donde venden bicicletas? uuuu estallenopalla...

Entre a un local y el señor que estaba tras el mostrador no me hizo mucho caso, y asi, en mi condicion de comprador antisocial, me senti augusto, como quien compra en internet sin que le hablen, sin tener que desconfiar o querer confiar en el vendedor, solo en lo que ve. Ahi estaba mi bici, una replica para ser mas exacto. Me dijo que era de taiwan pero ahora en la web dicen es brasileira, aun mejor.

Cinco billetes y tres monedas de vuelto mas tarde me subi al diminuto, pero comodo asiento. Desobedeci a mi abuela y envez de ir en direccion hacia la alameda, la avenida mas grande, me meti por las calles menos pobladas, pero que en esta ciudad significan pobladisimas en un viernes por la noche. Divise una ciclova, separada con unos bloques amarillos, y vi el muñeco blanco dibujado en el piso, lo pise y segui rumbo mapocho arriba, o abajo? Era la calle sta isabel, en un semaforo le pregunte a un ciclista que llevaba una mochila en forma de guitarra hasta donde llegaba esa ciclovia y me respondio, hasta el parque bustamante mas o menos, bien, padelee veloz de semaforo a semaforo, feliz, como niño en bicicleta.

En una me perdi, todo se parecia a todo, quize mirar hacia arriba y ver una montaña que me ubique, y no encontre nada, pero mas alla mire y vi la sombra del cerro, me ubique mas o menos y empece a driblar en la vereda, vi un payaso de esquina, una clinica, varios arboles, peatones, parques, edificios, autos, autos, autos, semaforos, perros, escolares, etceteras. Ya llegando casi a mi casa me meti en la avenida, en medio de los autos, intrepido, tarupido, casi me lleva la marea, volvi a la vereda, pare en una tienda, volvi a la casa, salude, me comi una empanada, volvi ciclista.

No hay comentarios: