domingo, 18 de octubre de 2009

2014

Desde que descubrimos los mundiales segmentamos el tiempo en periodos de cuatro años. Sede a sede, aprendimos a hacer la ola mexicana, a decir verano en italiano, nos dimos cuenta que en USA si gusta el verdadero futbol, que los franceses sacan partido de la migracion, que Japon se dice Nipon en japones, que Corea tecnificó la barra brava, que el mundial de Alemania es el mejor de todos los tiempos. Ahora sabemos que a Sudáfrica podriamos ir como turistas, no como hinchas, nos preguntamos donde estaremos en cuatro años mas.

Es sabado y Antonio Valencia anota su primer gol oficial en el equipo mas importante del mundo, pero lo festeja sin hacerlo. Esa escena representa el momento historico de nuestro futbol, el exito nos ha llevado al fracaso esta vez. Sabemos que los goles que nos sacaron del mundial son los que Antonio aun no digiere en su mente, y casi con bronca juega uno de los mejores partidos desde que llego al teatro de los sueños de Manchester, buscando redimir la ausencia inevitable del sueño de ir a sudafrica. No se puede a veces, y por mas que la discusion amarillista se centre en encontrar culpables, la culpa es de nadie y de todos.

Los analisis mas simples apuntan a la falta de experiencia de Vizuete y se mira a Bielsa con envidia inutil. Caemos en unas comparaciones sin sentido una vez mas, se cree que Vizuete no tiene conocimiento por no saber comunicarlo con otro acento o con palabras mas bonitas. Recordemos que Bielsa tampoco es un buen comunicador y ademas tambien ha fracasado como entrenador. Sepamos que hay tecnicos que sin experiencia en clubes profesionales, sino en formativas, como Pekerman en Argentina, o Domenech en Francia, han llegado a dirigir sus selecciones con el merito de la labor oculta.

A Vizuete quizas simplemente no le ayudo el momento. Recordemos que no tuvo al tin y que tuvo que administrar el exito, tuvo que lidiar con egos inflados y expectativas grandes, con la suspicacia de los clubes extranjeros en sus convocatorias. Pensemos con calma que Ecuador cayó en su ley. Ya nos habia anticipado Luis Fernando Suarez que el gran problema del futbolista ecuatoriano es la falta de concentracion (o atencion). Quizas eso si nos falto para cerrar partidos, buen futbol hubo. Analizemos que la generacion dorada llego al entrenamiento de Vizuete sin tanta hambre de gloria y con mañas aprendidas en varios continentes, con miles de horas de vuelo, con compromisos publicitarios, sociales, etc. Dirigir a las cùpulas que sacaron a Suarez y pidieron a Bolillo fue para Vizuete un desafio extra que nadie que no entendiera completamente nuestra forma de ser lo habrìa podido hacer. Alguna vez Bonafont preguntaba que es mas fuerte, un ejercito de leones liderado por una oveja, o el de unas ovejas lideradas por un leon. La respuesta es discutible, pero nos hace entender la dualidad que vive el caudillo: en su solitaria habitacion de decisiones, la intuicion, el conocimiento, la experiencia, el contexto, las tropas, todo es repentino, todo es relativo, menos los goles.


Vizuete fue un Leon y una oveja, borró los lamentos iniciales, y aunque no supo jubilar a algunos viejos de la manada como pedia el momento, logro unirlos para que lleguemos hasta el ultimo partido con vida, para que el paso generacional sea mas facil, e incluso para que lo comprendamos. Se acaba quizas la primera generacion dorada de nuestro futbol, la que rompio años de derrotas, la que nació en la adversidad, veamos ahora que pasa con los que nacieron ganadores.

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