domingo, 28 de junio de 2009

El Bronce

En algun momento los que saben mucho decidieron esto, es logico debemos pensar, es parte de la separacion por atributos, meritos, colores, peso, resistencia, oferta, aleaciones posibles, o sera por el sol, o por los cabellos de alguna una mujer insuperable. Quizas es por su enorme resistencia convertida en tradicion, o por como te clasifica en el podio, donde estuvimos el otro dia compartiendo con los otros dos mejores equipos, donde estos metales fueron representados por colores representando nuestros logros, donde no eran lo que eran, donde igualmente se podia hacer una disputa al color y a las atribuciones otorgadas en el.

Pocos fuimos pero quedamos con la sensacion de ser los justos, ni uno mas ni uno menos, recibimos el metal colgado de la tela y que en letras grabadas chillonas, seguramente por una aguja que piensa, decian que no eramos el primero ni el segundo, pero eramos. Mi escuela de juego limpio me hizo quedarme a verles festejar a las de oro, pero tambien entendi porque las medallas plateadas salieron de ahi apenas pudieron, con su derrota aun punzandoles la pena, la ira, el orgullo herido, huyendo de ese castigo que es ver lo opuesto de lo que se esta viviendo en manos del rival que triunfó.

Se jugaban dos finales y en el mundo seguian pasando cosas raras y habia que andarse con cuidado como bien me han sugerido. Las canchas eran mejores que las habituales por no serlo, cancha que se pisa menos es mejor, aunque la otra lo vive mas, la buena cancha vive las finales, vive mas dramaticamente episodios aislados mas fuertes, la cancha del dia a dia un dia querra ser cancha de final al igual que la cancha de final un dia querra ser cancha de etapas no trascendentales, es como cualquier destino. El cesped estaba para extrañarlo cuando las canchas sinteticas cubran el planeta por completo, se podia enterrar incluso parte del tobillo para picar el balon, y se podia rasgar un pedazo de superficie en un cambio de direccion habil, se podia uno tentar a barrese en cada jugada, a hacer una siesta en la media luna, ha acampar en el circulo central, a pastar vacas en las bandas. Mi equipo hizo algo de esto y gano un partido en el que se divirtió mucho, como la práctica anterior al mismo, donde nos olvidamos por completo de la ultima amargura, curando al futbol con futbol.

Nostros veiamos al bronce como premio mientras que los que perdieron el oro veian a la plata con desprecio, con ira, nuestra semana de sufrimento recien les llegaba. El campeon fue el mejor, no se, pero al serlo, al bañarse imaginariamente con el oro imaginario de su medalla, pierdo muchas disputas. En la premiacion vi como estos metales que hemos convertido en unidades de medida deportiva tienen sus valores variables, sus etiquetas, quien gana una medalla de plata suele no quererla de inmediato, quien gana una de bronce empieza a querer y se olvida que no fue a la disputa del oro, quien gana el oro por unos instantes se va de este planeta convirtiendo con su dicha a todos los atributos a los colores en algo secundario.

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