jueves, 5 de junio de 2008

Tiempo y espacio en U



Calmado, como el bebe que nacio hoy hace un año y me lleno de una manera esperanzadora como nada lo ha hecho, mi sobrino Juan Simon, que salio tranquilo y en su primer dia en este mundo no lloro ...

Como ese jugador del cual aprendi a traves de un comercial de tv, el que no gritaba tanto sus goles, Rivaldo, sino esperaba escuchar la descarga de vigores ajenos...
Asi me senti por momentos al quedarme al margen, por ubicacion geografica y destino, del festejo maximo que nuestro querido equipo ha depositado en nuestro banco de reservas para dias grises. Siempre miraremos a ese martes con orgullo o nostalgia. Rivaldo decia que le gusta escuchar el rugir de la hinchada y con esto llenarse con esas sensaciones antes de que desaforar las suyas. Muchas veces lo vi festejar con esa rara cautela de alguien que absorbe sus propios exitos a traves de las alegrias que estos imprimen en las rutinas de los que le rodean, un altruismo que no deja de ser falso hasta cierto punto (como todos), pero que habla mucho de la capacidad de compartir y aceptar sentimientos, dividir los malos y multiplicar los buenos, si la relacion esta en un romance, si se parece mucho a una verdadera amistad.

El partido fue un crisol de lo que era, ganar o irse a la casa, como dicen en ingles. Salas regreso y fue todo un lujo mirar que era un suplente y el mejor de la cancha a la vez. No ganamos pero lo merecimos. En todo caso estabamos en casa y empatamos, pero clasificamos porque fuimos gradualmente mejores hace rato y porque fuimos mas atrevidos de visita, porque salimos de nuestro gallinero y fuimos gallitos y le metimos un espuelazo a una aguila en su gran nido, ese coloso que se levanta en la intimidante metropoli y que hemos respetado desde la final del 86, la pelicula del chanfle, y el poster que tenia mi amigo Ricardo que vivio en mexico. Eso de salir de casa y hacer un gol y que valga doble puede tomarse como un empujon a todos esos que lo hemos vivido tan lejos, callados, recibiendo vibraciones y festejos en sitios webs, emails, chats, blogs, llamadas telefonicas, y nuestros crispantes pensamientos finalistas que nos transportan la mente de un lado a otro hasta dichosamente mirar al maracana, que gran destino.

Asi lo habran vivido muchos hinchas alrededor del planeta, conectados con pantallas, con amigos en la cancha, en el estadio, o en otras pantallas: voluntades enlazadas con un mismo deseo de tener algo mas que los enorgullezca en comun. Tuve una sensacion rarisima cuando al finalizar el partido me aleje de la television inmmediatamente y me fui a dormir porque los dueños del restaurante mexicano en el que mire la semifinal ya tenian que irse, era tarde y hace rato ya debian haber cerrado el lugar. A mi alrededor nada me sugeria ese exito, solo mis recuerdos y la gente que asomaba en mi cabeza... mi barrio, el atahualpa vacio, la pileta de la av america con todos esos caciques, mis idas a pomasqui con mis tios, mis companeros del equipo sub 14.... todos los que no llegamos aunque sabiamos que nuestro futbol algun dia lo haria.
Al martes lo vivi de otra manera. Maturana predijo que la clasificacion al mundial nos cambiaria, yo creo que lo hizo, ahora estos logros caen por peso especifico, pero nosotros ya no nos sorprendemos tanto, en Ecuador muchas cosas en el futbol y fuera de el se hacen bien hace rato.

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