domingo, 6 de diciembre de 2009

Marido

Dos campeones habitan una misma ciudad, un barrio, un mismo hincha. Se quiere mas de lo que parece, hasta se odia, no se deja de pensarse, cantarse, apodarse, copiarse, envidiarse. Esa fuerza que al querer compensar otra, y que se llama Nemesis, como la diosa griega de la mesura que castigó a Narciso el vanidoso, es también como el villano que ayuda al héroe a auto superarse, es lo que tenemos que rescatar de tanta estupidez proyectada en la camiseta rival.

Villoro escribe sobre la grandeza de la rivalidad de patio. Pensé en el astillero, nunca en pomasqui, mucho menos en carcelen, pero está sucediendo con el suceso repentino y abrumador de estos vecinos, los nuevos ricos. Ha pasado algún tiempo desde que el partido mas importante de nuestro fútbol dejo de serlo, aunque duela como pasillo, llenar estadios dos veces al año para ver quien esta menos mal o ver quien atrae mas farándula no es suficiente para que perdure la monarquía mona. Villoro explica que La Juventus de Turin se quedó sin Nemesis cuando el Torino sufrió un accidente aéreo en los Alpes a mediados del siglo pasado, pienso en el astillero nuevamente.

Pero no todo es virtud en el éxito, sino pregunte a Hector, a Kurt, o Charli. Esa sensacion de poder maldito que nos embriaga al levantar una copa de mas suele esconder lo vil, y en nuestro fútbol, como en muchas actividades, se visibiliza lo retrograda de nuestra sociedad, y a pesar de que los campeones son amados por la mayoría, también son repudiados por ciertas víctimas, sin necesidad de que siempre corra sangre, aunque ya ha llegado a eso.

El campeón internacional reflejó lo jodido que es ahora ser de clase media, quizás por su empresarial visión, los precios obedecieron a lo cruel de la demanda cautiva. Palco valía 80 y tribuna 20. Esa distancia enorme alejo mas a los de la mitad hacia abajo, los obliga a pagar mas que la masa, que por cuestiones económicas también, por menos dinero, en general pudo mirar mejor el fútbol, pero tuvo que dormir la noche anterior en la calle para conseguir entrada. Nadie quiere ir a tribuna ultimamente, es caro y se ve mal porque se favorece al resto, parecería que la persecución del mercado contra las pymes también encontró su espacio abajo de las suites, el palco, cerca de general, donde se subvencionó la alegría con el palazo a palco y la poca visibilidad en tribuna.

El otro campeón, el local, el que se cree dueño de la ciudad por llevar su nombre, es bien varón, es quiteñazo para sus huevadas: odia al bacan, no se esta con la mayoría, no paga lo que debe, vende lo que no es suyo, es sapisimo, y su lenguaje machista no solo insulta a todas las mujeres, sino que le pone mas sal a su difusa identidad argentino-quiteña que le hace siempre estar pendiente del rival para refregarle en la cara sus triunfos. Hace dos años mandó a la mierda a toda su gente, (dejó sin trabajo a mas de veinte futbolistas), trajó gente nueva con dinero que no tenía, pero igual salió campeón después de cuatro décadas de lamentos. Además, mandó a patadas a su entrenador-libertador sin dar explicaciones a nadie.

Es posible que en la copa libertadores del 2010 se enfrenten los rivales de patio en el mismo grupo, que lindo seria, compensaria la falta de clasicos, con un aucas inexistente, un nacional mediocre, y el guayas farandulero, este castigo de la conmebol a nuestro futbol podria ser un castigo divino, 180 minutos de amor y odio enfermo.

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