domingo, 20 de diciembre de 2009

Los Equecos

Si algo te ha dado el fútbol es amigos. Muchos miles y millones, pero también te dió ese puñado que estaría en una alineación de todos los tiempos, no solo en la foto en pantaloneta, sino en muchas otras.

Lo fácil no era jugar al fútbol, era conocerse, preguntarse el nombre prometiendo usarlo, repetirlo cual mascota, pidiendo, dando, recibiendo. Mas que golazos hiciste jugadazas terminadas en gol, tuviste equipo hasta en la tienda de la esquina o la sala de la vecina.

Las cosas pasan y una tarde, al igual que en el profesionalismo, la alineación cambia, pero entiendes algo: la original ha nacido te guste o no, y todo el resto vendrá después. En otras épocas era la de tu barrio, esos amigos que un lugar te impuso y una balón te ayudo a conocer, esa alineación original que generacionalmente ya no nos tocó por geografía, que en mi caso fue por compartir una cancha, una camiseta, una derrota, una prima, una jaba.

El fútbol al igual que la vida aveces quiere que el recuerdo sea rebelde. Ese lateral que entendía tus diagonales, un arquero que te buscaba libre, el central que te organizaba, un capitán que te motivaba, el volante que te cubría las espaldas, el paquete que te admiraba, el crack que te bajaba a la tierra, casi todos, asomaran de algún modo. Los amigos son como una selección de Equecos que entre tragos, humos, granos, canastas, y dineros... intentarán ahuyentar la desgracia, y atraer la fortuna.

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