Un visto en mi memoria, para que la sinapsis quiera acordarme de lo que no vere mas, de esas miradas que pasan para no quedarse iguales, transeunte, foto lejana, el pensar hecho nostalgia.
La unica forma que volver al pasado esta en un momento parecido a ese, ver mi barrio en la conversacion con un amigo de la infancia, acordarnos de insultos que no perduraron en la era de lo solo televisado existe, longo guarmilla tapicero, eso fuimos un dia cuando niños, cuando una tarde la travesura fue cruel y la esposa de un guachiman nos queria matar por malograr su sopa al echarle una torta verde hecha por el caminar de una vaca en el asfalto. Años mas tarde caemos en cuenta de la estupidez pre adolescente, sentados en un parque millones de estupideces mas tarde.
Ayer vi el futbol que pasaron, sin mas ni mas, el que tocó ver. El Milan del Pipo polarizaba el tiempo, pato con 20 podia ser hijo de inzaghi con 36, el hizo los dos goles, el que parece suspenderse en el tiempo futbolistico, el que desde ya hace extrañarle, en sus ultimos gritos, con sus definiciones milimetricas, el clasico flaco goleador. Nos da para recordar que el futbol no discrimina a los mejores. En la cancha ni la edad ni las influencias mandan, solo la calidad.
Comentabamos esto luego de que asomaron esas frases que me pertenecen prestadas, que geniales en el instante, se van hecho voces, no las registro y me quedo con esa sensacion de perdida que me da no atreverme a hablarle a quien no se repite. Las palabras aprendidas recientemente, pidiendo el consejo de siempre, en una intersección de caminos parecidos, competir, educar, dicen, me voy, a volver.
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