sábado, 11 de mayo de 2024

Todos son sus días

 



Ayer caminé entre cerros junto al mar. La naturaleza, que representa a la madre, nos dio aliento, abrigo. De ella nace todo y a ella vuelve todo.  Sostiene nuestros pasos, nos brinda sus frutos, agua, aire, fuego, lecciones. Agua para llorar, lavarnos la cara, salir al mundo a jugar, luchar.  Aire para respirar, sonreír, correr, gozar. Fuego para quemar lo malo, marcar limites, abrir nuevos caminos.  

Celebré a mi madre impregnándome del intenso verdor, el canto de las aves, el silencio de los caballos, la paz de los esteros, la belleza de las flores. Un hermoso escarabajo azul brillante, un cariñoso border collie, me saludaron en el camino, seguro traían algún mensaje. Las estaciones marcan los cambios y los ciclos renuevan la esperanza. La primavera se está haciendo verano, los años siguen llegando.  

Somos una especie en constante movimiento, caminé ayer junto a personas de distintos lugares del planeta, nómadas, migrantes, hijos de familias de otros lares. Todos sostenidos por la misma tierra, con similares penas y alegrías.  La felicidad son solo momentos dice mi mamá, y hay disfrutarlos.  Primero el deber, después el placer, es otra de sus frases que era de mi abuelo, su padre. Hoy se acaba la temporada con el equipo juvenil.  No conseguimos el objetivo, estuvimos cerca, pero hemos cumplido, aprendido, disfrutado.

Al final de la caminata entré al frío mar, agradecido, recordé todos los buenos momentos y lecciones que me ha dado la vida, la naturaleza, mi madre.  

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