El once no descansa en paz
porque ni la felicidad alcanza. Se ha equivocado la publicidad otra vez. Ya lo
dijo el bolillo antes de la felicidad. Observación obvia, aburrida para los
intelectuales: el deporte nacional acá es darle palo al que está arriba.
Pero no fue solo esa boca del bolillo lo que nos dio un pedazo de la torta en
la fiesta grande. Esa boca trajo el verso necesario para creer en nosotros,
pero también tragó canciones, balazeras, entre otras pasiones extremas
alrededor de este simple juego de pobres. Capitalizó 70 años de proceso
diciendo las cosas claras. Nos llamó por el primer nombre, ofreció papel
higiénico cuando lo necesitábamos. Su estilo gerencial fue hablar como obrero.
Sabemos
que no fuimos al primer mundial en 1930 por falta de fondos para el viaje, por
ser pobres. Y aunque ahora vamos por lo mismo, queda claro que desear no es
suficiente. El once supo y sabe que antes de la motivación llegó el proceso de
profesionalización desde los Balcanes. Vivió de cerca como hijo de una gloria
del fútbol local sin mayores logros esa etapa donde jugábamos lindo pero no
ganábamos. Su padre, fue el primero en cruzar el charco para jugar en el Jerez
de La Frontera en España, y le hizo un gol a Uruguay en 1989 en la Copa América
de Brasil que nos trajo al futuro rico.
LLegó futuro mejor, se fue el pasado
nostálgico, ese pasado en el que en 1965 estuvimos cerca de llegar a Inglaterra
1966, en el que tuvimos al mejor goleador del continente haciendo goles para
los uruguayos, en el que nos robaron partidos importantes como finales de copas. Esa selección de jugadores como Benitez, silvestres jugadores de fines de los ochenta, se
impuso a disputas regionales absurdas, a su lucha interna por ser
profesional a tiempo completo, por demostrarle al país que ser pelotero no es ser vago infame fumón y desgraciado. Así lo demandaba la mano fuerte de Dusan. Dicen, a la mala entendemos.
Dusan es Drascovich, formador balcanico de jugadores que llegó en épocas que traíamos israelitas expertos en defensa, sabía de guerras entre hermanos y de biomecánica. Pisó este suelo fértil con una cinta métrica mágica, con unas
palabrotas de aliento en la boca. No supo de regiones ni colores, se fundamento como buen científico en las valencias físicas. El planeta fútbol entero había puesto ojos en la Yugoslavia de los ochenta fue campeona mundial juvenil y predecía el fútbol híbrido futurista
de técnica latina combinado con fuerza de la ciencia, exportaba soñadores
técnicos y le llamaban la brasil europea. El Dt montenegrino cuando llegó a Ecuador puso a correr(trabajar) al talentoso Aguinaga y al más técnico cerca de
su arco, a un Ivan Hurtado de 16 años. Se ordenó de atrás hacia adelante con obreros, al
goleador Byron Tenorio también lo volvió defensa para asegurar el juego aéreo, retrasó al delantero del momento, el frentón Muñoz. Valoró el aspecto físico, implantó la polifuncionlidad, trabajó en la
formación de goleros y reforzó el aspecto mental de jugadores como un Agustin Delgado, joven
delantero que recién cuajó una década más tarde con una inolvidable camada que hasta fue tildada de extraterrestres, con Kaviedes .
Ayer
frente a Chile en las eliminatorias a Brasil 2014 ganamos perdiendo. Es
verdad, la maldita bendita pelota es caprichosa como la vida, el marcador
siempre es algo subjetivo al final, así como ninguna cifra relata una vida. Lo aritmético de este deporte puede
explicar quién ganó pero no realmente porqué. Hay algo mas importante que
ganar y es querer ganar, pero nos demoramos casi un siglo en encontrar como
hacerlo.
Algunos
de este equipo nacieron cuando la formula ya existía y volverán a un Brasil que
los vio campeones Panamericanos juveniles y de clubes en este futuro mejor pero
no tan distinto. Clasificamos por goles no recibidos, anotando menos pero
ahorrando mas, revolviendo la formula original de Dusan. Sin embargo, como la
publicidad indica y desea, creemos que estamos en crisis y aún queremos mas y
mas. Por eso romántica la formula matemática que nuestro fútbol practica con
Rueda. Hay un equilibrio en el deber y haber, una forma de alcanzar la
felicidad abrazando la realidad propia, adquiriendo poco pero cuidando y
valorando mucho lo que se tiene.
Su consuelo será vernos en Brasil otra vez deseando más, sabiendo que él ya está en ese lado del que no sabemos nada pero todos vamos, sin importar esos números que ahora nos representan.
http://www.youtube.com/watch?v=teiPGy2byI0
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