miércoles, 22 de febrero de 2012
Fiesta de la carne
Era sospechoso escuchar que los compadres se enojaron, cuando no, si los compadres se quieren como amantes, se conocen tanto. En esta época donde las suspicacias son infinitamente mayoría sobre las ideas, nos atrevemos a pensar mal primero. El paro viene a ser como un tiempo en la relación. Los amantes valoran al otro, aun lo que mas les disgusta. Los árbitros nos dejan una enseñanza clave: sin reglas no hay juego. La clave nos lleva a encontrar mas suspicacias. Quien pone las reglas no siempre las aplica. Quien las aplica muchas veces las pone. Los novios volvieron.
En otro episodio confuso nuestro fútbol se confiesa y el domingo otra vez a gozar. Lo que no queda claro aun en esta novela es quien es el diablo y quien es dios. Cada día, más se parecen.
sábado, 7 de enero de 2012
Sopa de Zapallo
domingo, 27 de noviembre de 2011
El Agua Clara
jueves, 22 de septiembre de 2011
Era Post-Dusan
miércoles, 1 de junio de 2011
Guanguiltagua 1 - Napoles 0
El encuentro se realizó en un campo de juego. Fue en un espacio de la comuna ancestral de miraflores convertido en parque metropolitano, otra hectárea que no cedió a la presión de ser edificio, iglesia, parqueadero, mall, o calle, que prefirió ser cancha.
Delante del golero pusimos cuatro defensas, igual numero de volantes, dos delanteros. Parecíamos la selección, el mismo molde del fútbol moderno diseñado en Italia y manufacturado en Colombia, que si a alguien favoreció en la última década fue a nosotros.
Llegamos con las justas, luego de abandonar la ciudad por diez minutos a pie desde una calle en forma de cuchara derretida, subiendo primero unas gradas y luego unas raices, sintiéndonos confundidos por llegar a un lugar de difícil acceso a pie. Maravillados por los eucaliptos gigantes al final de las quejas, la cancha nos dio la bienvenida levantando una polvareda similar a nuestras respiraciones.
Completamos con las justas. Hicimos el único cambio posible en el segundo tiempo. Improvisamos cuando salimos de lo normal al cambiar el clásico y glorioso 4 -4-2. Jugamos con tres atrás, como algun día intento hacerlo Drascovic y años mas tarde lo masterizó Bauza en esta región. Amontonamos gente en el circulo central, creamos un caos que nos ayudó a recuperar el balón y tocar mas fácilmente.
Ganamos con las justas. Al recordar que en ese terreno no se puede trasladar el balón, un cañonazo salió de la decisión y el pie de nuestro único goleador. Se inflaron con nuestro grito las redes que luego bajaríamos al ritmo del atardecer, para terminar la jornada entregándolas donde la encargada, a la vuelta de la esquina.
El uno a cero fue premio y castigo a nuestra falta de profesionalismo, al igual que la minga del dia anterior, donde con pala y azadón despejamos malezas, abrimos canales, y sembramos ideas.
miércoles, 4 de mayo de 2011
el negocio de las rarezas
lunes, 4 de abril de 2011
Dos ídolos
Dicen que un día lo querían en Milán, pero otro ni en Quito. Después de una astronómica carrera su despedida del futbol fue áspera y sin tildes, un Atahualpa gris llovido, estilado con nostalgia y poca gente en las gradas. Fue el primer migrante célebre que nos cambió por una vida mejor, lejana, a veces ingrata. Volvío y no jugó en su equipo, sino en el archirival, fue dejado de lado de la selección un dia, aunque el quizo dejarla primero, en una rueda de prensa que pocos entendimos.
Juan Villoro dice del guero, ¨un gladiador cansado que respira con la boca abierta, arrastró a los suyos a un título en el que ya nadie creía. Los necaxistas no hemos necesitado ver la iglesia sumergida en la presa para creer en ella. En los días de milagro ahi suenan las campanas.¨
Dicen que fue el mejor en las primeras pruebas físicas realizadas en el futbol profesional, alla en época de Dusan Drascovich, cuando el biotipo del futbolista se europeizaba, se convertían en atletas a tiempo completo, como lo hizo el en México.
Entró en la historia de nuestro fútbol entre otras cosas porque levanto un balón que terminó en gol de Kaviedes, que terminó medio siglo de fracasos.
Dicen que como entrenador debuto en Barcelona con mística, con juveniles osados en la cancha, como él lo fue, con volantes que corren todas las pelotas, mantienen la calma, muestran profesionalismo, y que ganaron con esa cosa invisible que le llaman mística, que es una mezcla entre suerte, talento, trabajo y drama.
Dicen que tiene con que hacer a la historia repetirse, pero mas que un vaticinio merece un reconocimiento en vida, una reconciliación con la hinchada